Es complejo entender los sentimientos. Mucho leí acerca de ello y créanme que todavía no le encuentro una definición exacta. Quizás exista en el diccionario la explicación de dicha palabra, pero cuando la pasión encierra algo tan profundo, la comprensión es completamente ineficaz.
La derrota del miércoles sin dudas, dolió. Las ilusiones era muchas y una vez más, el triste momento en el que está inmerso el club de Nuñez se hizo presente para amargarnos la noche. Un baldazo de realidad que venimos arrastrando hace ya varios meses, y que si bien será duro el camino a transitar, no dudo que inflaremos el pecho cuando más lo necesite el millonario y dejaremos atrás este complicado trance.
Como bien reza el título de esta entrada, la noche del superclásico dejó un poco más que el resultado deportivo. Hace poco hablaba acerca de la vuelta al primer amor, y a mi entender, Alejandro Domínguez fue uno de los pocos que decidió ponerse la banda roja y devolverle a River un poco de todo lo que la institución le había dado. Un acto basado en la pasión, esa que muchos no entendieron y seguramente jamás entenderán si no sienten lo que sentimos todos y cada uno de los que formamos parte de este mundo teñido de rojo y blanco.
La única autoridad que tengo para expresar mi opinión acerca de la actuación del Chori es aquella que me confiere mi condición de hincha, enamorada, apasionada por la banda roja. Sin lugar a dudas, fue irresponsable. Más allá de la desventaja numérica, su expulsión determinó un duro golpe anímico. Sabido es que en este tipo de encuentros, en los que para mi no existen estaciones climáticas, el corazón es súmamente importante cuando las ideas futbolísticas no abundan, o directamente brillan por su ausencia.
Me enojé. No entendía cómo un profesional con su trayectoria era capaz de actuar así, y más aún en un partido de estas características. Seguramente su desempeño fue determinante en el resultado final, y aunque después entendí sus motivos, todavía le reprocho su actitud.
Al día siguiente, me dispuse a escuchar sus declaraciones con mayor detenimiento y con un nivel de exacerbación un tanto más calmo de mi parte. Fue ahí cuando comencé a comprenderlo. Es cierto que su conducta mucho tuvo que ver con el final, pero cuando los sentimientos son tan fuertes, difícil se hace controlarlos. El corazón le nubló la razón, y ahí comenzó la debacle. Ver las imágenes me recordó a aquella vez de Matías Almeyda en la cancha de boca, en una tarde parecida a la noche del miércoles. Uno de esos partidos donde la pasión desbordó a los jugadores de River y los hizo olvidar de la importancia que encierran para el hincha este tipo de encuentros.
Ahora sólo resta esperar la definición sobre su futuro en las canchas. Muchos saldrán a matarlo, y no faltarán aquellos que aprovechen esta situación para intentar hundir un poco más al club de Nuñez. Habrá que hacer oídos sordos, pero no confundir las cosas. La situación de River no admite derrotas, y mucho menos en partidos que trascienden lo deportivo. El sentimiento en la tribuna sigue intacto, y el hincha de River más que nunca aguarda que dicha pasión se transforme en alegría en el campo de juego, esa que se nos viene negando y que tanto necesita nuestro ilusionado corazón.
Muy de acuerdo. Quizás uno como hincha demanda frialdad en el jugador-hincha que sale a la cancha. Como fue en el caso de Almeyda en su momento, y ahora esta vez, con el Chori el miércoles. Las pulsaciones del jugador van a mil, la tensión es enorme y dadas las circunstancias de River y el contexto de nervios que genera un partido de estas características, al Chori le afectó, y como bien decís, le ganó la pasión y el corazón.
ResponderEliminarEntiendo el enojo del Chori, y lo apoyo hasta hoy, además de como él explicó que con el árbitro ya arrastraba un historial adverso. A mi gusto con un arbitraje patético, que no estuvo a la altura del partido, no supo manejarlo, e incidió en momentos clave.
En fin, el dolor es grande. Pero ahora el apoyo debe ser más incondicional que nunca como hasta ahora. Ya sabemos que somos la mejor hinchada, ya sabemos que estamos con River en las buenas y en las malas, jugando bien o jugando mal, pero ahora es hora de demandar y hacer un poco más. De jugar bien, y de volver a nuestro lugar y a lo que alguna vez supimos ser adentro de la cancha.
Un placer leerte e intercambiar opiniones!
Prefiero jugadores así, antes que indolente sin sangre. Y como dije en el TWT del Chori cuando pidió disculpas (a mi entender innecesarias) su vuelta es, al menos para mi, mucho más importante que estos "deslices".
ResponderEliminarel chori es un pelotudo e irresponsable, basta de bancar a los jugadores que no han llevado a la B y ahora no pueden jugar bien ni 2 partidos seguidos.
ResponderEliminarNo tenemos que ser mas SPART(TRAGRARNOS TODOS EL HUMO), es jugador de sivori , el tiempo dira si vino por amor o por otro motivo, tambien ponzio venia gratis y nos costo 1 palito,los jugadores son profecionales a la hora de cobrar con todo su derecho como vos y yo, , despues del 26/6 ya no creo mas nada
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